Este libro cuenta la historia de un joven llamado Tristán. Era hijo de Rivalín, señor de Leonís, y de Blancaflor, hermana del rey de Cornualla llamado Marcos. Tristán perdió a su padre antes de nacer en una de las muchas batallas en las que participaba. Su madre lo llamó así porque le dio a luz estando muy triste. Después de darle vida, murió.
Tristán se crió hasta los 7 años con una dama noble viuda, pero después paso a manos de Governal, que se convirtió en su maestro y mejor amigo. Con este aprendió a leer, a cazar, etc.
Pasaron los años y Tristán, ya con 15 años, se marchó con Governal en busca de aventuras y experiencia, a las tierras de su tío Marcos. A pesar de que este no sospechaba tener lazo alguno con ese joven, quedó pronto impresionado por la valentía y audacia de Tristán, que lo acogió a su servicio en la corte.
Un día llego a la costa el Morholt de Irlanda, que venia a cobrar un tributo para Irlanda. Por temor nadie se atrevía a desafiarlo ya que tenía fama du buen luchador, pero Tristán aceptó retarlo. Venció, y así consiguió librar a las gentes de Cornualla de ese suplicio que sufrían. Tras esto, Tristán reveló su identidad y por fin Marcos supo quién era. Con esto, ganó más amor que cualquier otro de sus nobles. El Morholt había herido a Tristán y su herida no tenía cura. Navegó sin remos a la deriva en busca de alguien que curara su mal. Llegó a Irlanda donde se presentó con una falsa identidad, porque sino podrían vengarse por matar a Morholt. Así encontró a Iseo que le curó.
Había en la corte cuatro barones felones que tenían envidia de Tristán y querían que el rey tuviera hijos para que Tristán no fuera su heredero. Un día, unas golondrinas le trajeron un cabello de oro a Marcos. Este dijo que sólo se casaría con la persona que tuviera esos cabellos. Tristán sabía que era de Iseo y fue a buscarla a Irlanda. Allí tuvo que vencer a un dragón para poder conseguirla y después de eso dio a conocer su verdadera identidad.
Por el rencor que sentía Iseo por Cornualla y más aun por Tristán por haber matado a Morholt, no le quedó otro remedio a su madre que preparar un filtro de amor que debía unir con un amor ciego a Marcos y Iseo, para que pudieran ser felices. Brangel, doncella de Iseo, dio el filtro a Tristán y a Iseo por error, los cuales quedaron enamorados al instante. Aún así, Tristán la entregó en matrimonio como se había acordado a Marcos, pero ellos sentían un amor inevitable y no pasaba noche que no se enzarzaran en su pasión.
Llegaron rumores de los amantes a Marcos por parte de los felones, pero el rey no los creyó. Quiso averiguarlo siguiendo los consejos de un enano, pero vio que sólo había amistad. La siguiente vez que los felones los vuelven a acusar de amantes, les tienden una trampa y los pillan. Al descubrirlos, los condenan a la hoguera. Tristán se salva saltando por la ventana de una capilla y al rey le da pena matar a Iseo por lo que la entrega a los leprosos. Tristán y Governal se la quitan y huyen los tres.
Durante un tiempo estuvieron viviendo en el bosque. Un vez descubrieron una ermita en la que pasaron un día. El ermitaño les dijo que había bando sobre ellos y los aconsejó. Mientras estaban en el bosque, Tristán mató a uno de los felones que se había despistado de los monteros con los que iba. Un florestero descubrió a los amantes en una cabaña y fue a avisar al rey. Este fue allí y los encontró dormidos, pero al verlos vestidos, sin tocarse sus labios y llevando Iseo el anillo verde que le dio, decidió no matarlos, aunque cambió su espada por la de Tristán. Al despertarse, decidieron huir a Gales. Tras un tiempo regresaron donde el ermitaño y con su ayuda consiguieron reconciliarse con el rey arrepintiéndose.
Iseo vuelve con el rey, pero Tristán tiene que irse a otras tierras. Esta le entrega el anillo verde para que cuando Tristán le quiera enviar un mensaje, sepa que es de él. Tristán junto con Governal huye, pero se quedan en casa de otro florestero sin salir del país. Después de un tiempo, acudía todas las noches a palacio para ver a su amada hasta que un día un siervo les descubrió y avisó a los felones. A la noche siguiente Tristán se dirigía a palacio, cuando se encontró con uno de ellos y lo mató por todo lo que había hecho antes. Ya en la habitación de Iseo, detrás de las cortinas vio a otro felón al cual también mató. Ya sólo quedaba uno.
Tristán vio que sabían que seguía en tierras de Cornualla por lo que tuvo que irse junto a Governal. Se instalan en Bretaña donde gobernaba Hoel, con su hijo Kaherdin de la misma edad que Tristán. Estos se hicieron muy amigos. Había una muchacha, hermana de Kaherdin, llamada Iseo también, pero esta era la de las Blancas Manos. En Tristán, se despertó su deseo por la verdadera Iseo al ver a esta y pensó que si se casaba con ella, lo apagaría. Se casaron y en la noche de bodas no fue capaz de hacer el amor con ella, le puso una excusa, la cual la mantuvo hasta su muerte y no hicieron nunca el amor.
Al otro lado del río de las tierras de Hoel, estaban otras dominadas por un gigante llamado Moldagog. No podían entrar en ellas, si lo hacían, saldrían mal parados. Un día Tristán entró y tuvo un pequeño combate con el gigante, al que venció y le dijo que le tendría que servir fielmente. En el bosque de Moldagog construyó en una gruta de dos salas en un monte una especie de santuario a su amada Iseo. El gigante tenía la llave y Tristán iba a allí siempre que estaba triste.
Cierto día Kaherdin se enteró de que su hermana era virgen y se enfadó con Tristán. Este no quería estar enfadado con él y le contó todo sobre la otra Iseo, lo que sentía por ella, hasta le enseñó el santuario. También lo llevó a Cornualla para que la viera en persona donde pasaron una semana ellos dos con Iseo y Branjel, su criada. Tuvieron que huir al castillo de un amigo de Tristán porque Andret, el último felón, los descubrió. Más tarde regresaron a Bretaña.
Tras unos meses vuelven a Cornualla a las fiestas de San Miguel. Allí pasaron dos semanas junto a sus dos amadas y en un combate matan a Andret en venganza, luego regresaron a Bretaña.
Después de un tiempo hace otro viaje el solo a Cornualla pero al final es descubierto y tiene que regresar a Bretaña. Esa fue la última vez que vio a su amada Iseo.
En Bretaña, Tristán sale herido de una batalla con una herida profunda en la cadera. El veneno consumía a Tristán día tras día. En sus últimos días le dio el anillo a Kaherdin a quien pidió que buscara a Iseo para curarle porque sólo ella sabía. Le dio un plazo de 40 días con la señal de que si izaba una vela blanca sabría que venia a socorrerlo; por el contrario, una negra seria su fin. Iseo la de las Blancas Manos, oyó a Tristán lo que le contaba a su hermano sobre la otra Iseo. Cuando el barco se acercaba con Iseo dentro porque esta había aceptado, el barco tenía una vela blanca, pero en venganza por celos, Iseo la de las Blancas Manos, le dijo a Tristán que era de color negro. De este modo Tristán desistió de seguir viviendo y se rindió a la muerte. Al poco tiempo llega Iseo, quien al conocer la noticia quiso estar junto a él en la muerte, ya que no lo pudo hacer en vida y dio su último suspiro abrazado a él.
Al enterarse Marcos, arrepentido, trajo los cuerpos a Cornualla donde fueron enterrados juntos y así permanecieron toda la eternidad
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